¿Cuánto es el máximo de IRPF que puede pagarse?

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La retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que las empresas aplican en las nóminas de sus trabajadores es, en realidad, un adelanto de lo que hay que pagar a Hacienda por las rentas obtenidas en un año natural en el momento de hacer la declaración de la renta, que se realiza siempre al año siguiente.

Por eso, conocer cuánto es el IRPF que te corresponde, te evitará posibles disgustos de última hora, y que finalmente te salga a devolver más de lo que tenías previsto. A continuación, te explicamos cómo calcularlo.

¿Qué es el IRPF?

El IRPF es un tributo personal, progresivo y directo que grava la renta obtenida en un año natural por las personas físicas residentes en España.

El hecho imponible del IRPF lo constituye la obtención de renta por el contribuyente, que según el art. 6 de la Ley IRPF, está compuesta por:

1. Los rendimientos del trabajo.
2. Los rendimientos del capital.
3. Los rendimientos de las actividades económicas.
4. Las ganancias y pérdidas patrimoniales.
5. Las imputaciones de renta que se establezcan por ley.

¿Cómo se calculan las retenciones de IRPF?

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A la hora de calcular estas retenciones, se consideran distintos elementos como la cuantía del salario, posibles discapacidades, la situación familiar, la duración del contrato, etc.

Ante todo, hay que procurar aproximarse al pago final para que no haya sorpresas de última hora, cosa que no siempre se consigue. No obstante, si se ha retenido de más, Hacienda devolverá la diferencia (declaración a devolver) y se ha retenido de menos, habrá que pagar lo que falte (declaración a pagar).

A efectos de determinar la base imponible y el cálculo del impuesto, Hacienda clasifica estos ingresos por categorías, como integrantes de la base general y del ahorro. Para calcular el IRPF que hay que pagar y conseguir que el impuesto sea progresivo, se divide el total de todas las rentas que se perciben en tramos y le asigna a cada uno de ellos un porcentaje.

Actualmente, estos son los tramos o porcentajes del IRPF vigentes en España:

A la hora de aplicar la tabla precedente, suelen surgir dudas y confusiones sobre su aplicación. Una de las más habituales es pensar que el tipo impositivo se aplica sobre el total de la base liquidable, cuando la realidad es que debe hacerse sobre los distintos tramos y sumar después el importe de todos ellos.

Así se garantiza que los contribuyentes paguen en relación a la renta que generan en cada tramo, y si se pasa ligeramente el último tramo aplicable, que esto no suponga un incremento exagerado de la cantidad a pagar.

Ejemplo

Supongamos un individuo que ha obtenido unos ingresos brutos anuales de 62.00 euros.

Si tenemos en cuenta solamente esa cantidad, es decir, dejando de lado reducciones, mínimos personales, deducciones, etc., y aplicamos directamente el tipo impositivo del 45 por ciento, pagaría 27.900 euros en impuesto.

Sin embargo, al aplicar los tramos progresivos, la cantidad real sería la siguiente:

Como se ve, aplicando el tipo impositivo sobre el total de la base liquidable supone una diferencia a pagar de más de 9.000 euros respecto a aplicar los distintos porcentajes por tramos.

Otros aspectos a tener en cuenta

Hay que tener en cuenta, no obstante, que la cuota a ingresar o a devolver de Hacienda en un caso real no proviene solamente de la aplicación de estos porcentajes. Sobre los ingresos totales, se restan las reducciones para obtener finalmente la base liquidable sobre la que se aplica el tipo efectivo de IRPF, que se ajustará a los mínimos personales y familiares del contribuyente.

Por último, se restan las deducciones y bonificaciones y se obtiene la cuota líquida total a la que se le restan a su vez las retenciones que ya se han adelantado, y se obtiene el resultado final a ingresar o devolver. El porcentaje final que se paga se divide en dos tramos: el estatal y el autonómico.