Fases o etapas de una startup
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Una startup es un tipo de empresa que se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo, con la intención de crear y monetizar un producto o servicio innovador. Aunque las tasas de fracaso son altas, las startups exitosas pueden cambiar el mundo y transformar industrias enteras.
El ecosistema de inversión en startups ha adquirido tracción en los últimos años. Mientras que la construcción de edificios y la inversión en bienes raíces se han mantenido estables, la inversión en startups ha crecido significativamente, superando los 1,300 millones de dólares en 2020.
Las startups atraviesan distintas etapas de desarrollo, desde el surgimiento de la idea hasta el crecimiento y la expansión, y eventualmente, la desinversión. En cada una de estas etapas, tienen distintos objetivos y necesidades, como recaudar financiación para escalar su negocio y convertirse en scaleups (cuando consiguen 1 millón de dólares), o incluso lograr una valoración de más de 1.000 millones de dólares y convertirse en unicornios.
Cada fase presenta desafíos y oportunidades únicas, y conviene conocerlas para poder navegarlas con éxito. En las siguientes secciones, exploraremos detalladamente las diferentes etapas de desarrollo de una startup.
Fases o etapas de una startup
Una startup solo es viable y tiene sentido, si aborda al menos un problema importante en la industria en la que opera. Aunque la tasa de fracaso en el mundo de las startups es alta, el éxito se puede medir en una de las seis etapas de desarrollo.
En cada una de estas etapas, las startups pueden obtener diferentes formas de financiación. Sin embargo, hay actores clave que desempeñan un papel importante en el crecimiento del nuevo modelo de negocio.
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Etapa presemilla
En esta etapa –también conocida como pre-seed–, el emprendedor está dando forma a su idea y desarrollando un producto o servicio que soluciona un problema existente en el mercado, o aprovecha una oportunidad no explotada. Para lograr esto, se crea un producto mínimo viable (MVP) para probarlo en el mercado y evaluarlo.
El análisis es esencial en esta etapa, para detectar un problema real en el nicho de mercado en el que se quiere actuar. La gravedad del problema, el coste de oportunidad y considerar alternativas y competidores, también son puntos para tener en cuenta. Además, es necesario hacerse preguntas importantes como si la solución propuesta es realmente una respuesta al problema a resolver, si puede afectar a otros puntos de dolor de la industria, reduciendo la aceptación del mercado objetivo o agravando otros problemas.
Si se identifica correctamente el problema y se encuentra una solución viable, la startup tendrá más probabilidades de éxito en las etapas posteriores. Sin embargo, si se pasa por alto algún factor, podría llevar al fracaso del proyecto.
En términos de financiación, la fase presemilla suele estar respaldada por los propios recursos del emprendedor y de su entorno cercano, como amigos y familiares, que a menudo aportan una cantidad modesta de capital inicial para la puesta en marcha del proyecto.
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Etapa semilla
En esta etapa, el objetivo principal es validar el modelo de negocio y buscar las primeras materializaciones de la startup. Para ello, se desarrollan prototipos y se realizan numerosas iteraciones hasta encontrar la solución más viable, mientas se crea un plan de marketing para el lanzamiento.
Cada vez se necesitan más recursos, así que para financiar esta fase, la startup puede recurrir a inversores particulares, conocidos como «business angels», plataformas de «equity crowdfunding» o aceleradoras, que ayudan a impulsar el desarrollo y crecimiento de la empresa. Además, durante esta fase adquiere protagonismo el bootstrapping, que consiste en financiarse con los recursos personales de los emprendedores y los ingresos generados por la compañía. También es común la participación de organismos de apoyo a los proyectos incipientes, como incubadoras o ayudas públicas.
Etapas de una startup: Temprana o ‘early stage’
Se trata del momento en el que los primeros clientes empiezan a llegar al mercado, y a interactuar con el producto o servicio que se ofrece. Es por ello fundamental analizar en profundidad las métricas de resultados obtenidas, y detectar cualquier tipo de problema o posible mejora. Es aconsejable tener un plan estratégico y de negocio bien definido, que permita a la empresa tener una dirección clara y coherente.
Con las conclusiones extraídas, y las opiniones de los clientes, la startup debe enfocarse en mejorar su producto o servicio, prestando atención al feedback recibido, ya que este puede ser una fuente valiosa de información para el crecimiento y desarrollo de la empresa. Si es necesario, puede ser momento de pivotar el proyecto, es decir, cambiar la estrategia de negocio para lograr crecer y adaptarse mejor a las necesidades del mercado.
En esta fase, la startup necesita más fondos para seguir creciendo y expandiéndose. Las dos fuentes principales de financiación son los ‘business angels’ y los fondos de ‘venture capital’ (capital riesgo) especializados en startups. Ten en cuenta que, para este momento, el equipo también ha crecido, por lo que se requiere más financiación para mantener la expansión de la empresa.
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Etapa ‘growth’ o de crecimiento
Una de las principales preocupaciones durante esta fase, es asegurarse de que la empresa tiene suficiente financiación para escalar su negocio. En general, las rondas de financiación implican una mayor cantidad de inversión que en etapas anteriores.
Las vías más comunes en esta etapa, incluyen fondos de capital de riesgo, ‘hedge funds’ y bancos. Los fondos de capital de riesgo suelen estar especializados en invertir en startups en etapas avanzadas de crecimiento, y proporcionan una importante inyección de capital, así como asesoramiento y contactos valiosos.
Los ‘hedge funds’ son fondos de inversión que buscan obtener altas rentabilidades para sus inversores, y pueden invertir en una amplia gama de activos, incluyendo acciones de empresas en crecimiento. Por su parte, los bancos ofrecen financiación a través de préstamos y líneas de crédito, aunque suelen requerir garantías y una mayor documentación.
En esta etapa de crecimiento, es crucial contar con suficientes recursos para escalar el negocio y mantener un crecimiento continuo y sostenible. Por ello, la elección de la vía de financiación adecuada dependerá en gran medida de las necesidades y objetivos específicos de la startup.
Etapas de una startup: ‘exit’ o desinversión
Esta fase se produce cuando la empresa ha logrado consolidarse en el mercado, y los inversores buscan obtener beneficios a cambio de su inversión.
Existen varias vías para llegar a la desinversión. La primera es la venta de la startup a otra compañía de mayor tamaño. En ocasiones, la compañía compradora adquiere la startup por su tecnología, su equipo o su base de clientes. Otra opción es la fusión con otra compañía, en la que ambas partes se combinan para crear una sola entidad más fuerte.
Otra forma de conseguirlo es mediante una Oferta Pública de Venta (OPV), en la que la empresa sale a bolsa y los inversores pueden vender sus acciones en el mercado público. Esta opción es menos común, ya que requiere cumplir ciertos requisitos regulatorios y financieros.
Por último, si la startup no ha logrado consolidarse en el mercado o no ha generado suficientes beneficios, la opción menos deseable es su cierre. En cualquier caso, alcanzar el ‘exit’ es el objetivo final de los inversores y fundadores de una startup, y es un indicador de éxito en su trayectoria empresarial.
Como ves, cada fase presenta sus propios desafíos y oportunidades, y es fundamental contar con una estrategia bien definida y una visión clara del negocio para poder avanzar con éxito. Ten en cuenta que la financiación juega un papel fundamental en el crecimiento de la startup, y que existen diferentes vías para conseguir los recursos necesarios en cada momento.
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