Tercio de libre disposición, ¿cómo se calcula?
Resumen del contenido
José Trecet
Amante de las finanzas, la economía conductual y los impuestos, ha hecho de su pasión su profesión y actualmente es orientador y formador. Con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la comunicación en finanzas e inversión y múltiples colaboraciones en medios del sector.
Las herencias se dividen en la legítima, el tercio de mejora y el tercio de libre disposición. Confundir las tres partes es más fácil de lo que piensas. Conocer las diferencias entre todas te ayudará a evitar problemas, defender tus derechos al heredar o repartir la herencia como tú quieras al hacer testamento.
En esta ocasión vamos a ver qué es, cómo funciona y a quién corresponde el tercio de libre disposición.
Qué es el tercio de libre disposición en una herencia
El propio nombre de este tercio ya da muchas pistas sobre su objetivo. Es la parte de la herencia que el testador puede elegir a quien deja sin ningún tipo de cortapisa.
Tanto el tercio de la legítima como el tercio de mejora son para los herederos forzosos. El primero se repartirá siempre a partes iguales, mientras que con el segundo se puede elegir a cuál de los herederos se deja algo más, en caso de querer.
Con el tercio de libre disposición de la herencia no existen límites. Se puede legar a cualquier persona, sea o no familiar.
Lo único imprescindible para hacerlo es redactar un testamento y que en él aparezca claramente quién recibirá ese tercio de la herencia. Sin testamento, toda la herencia se repartirá entre los herederos forzosos, incluido este último tercio de libre disposición.
Características del tercio de libre disposición
Lo que define al tercio de libre disposición es que el testador puede dejárselo a quien quiera, incluidas personas que no sean familiares o empresas. De hecho, se podría legar a una ONG mediante un testamento solidario.
También se puede repartir entre varias personas. Es decir, no hay que legar el tercio entero a una sola persona. Además, el beneficiario de este tercio de libre disposición puede renunciar a él y no aceptar la herencia.
Por su parte, los herederos forzosos podrán impugnar este tercio de libre disposición si hay algún error o si se ha vulnerado la legítima. En otras palabras, si la cantidad adjudicada supera un tercio de la masa hereditaria.
Dentro de este tercio se pueden incluir las donaciones que se hayan realizado en vida a personas que no sean los herederos.
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Cómo asignar el tercio de libre disposición
La forma de aprovechar el tercio de libre disposición es hacer testamento e indicar claramente cómo quieres adjudicar esa parte de la herencia.
Sin un testamento el reparto de la herencia será como dictamine el Código Civil. A saber, todo irá a parar a los herederos obligatorios. En el caso una herencia con hijos, a la viuda o viudo le corresponderá en usufructo una tercera parte de la herencia y si no hay hijos, la mitad de la herencia en usufructo.
Este tercio de libre disposición y cualquier otra cuestión sobre el testamento se puede cambiar cuantas veces quieras y en cualquier momento. Al final, el último testamento que hayas firmado será el que tendrá validez.
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Cómo se calcula el tercio de libre disposición
Que se denomine tercio no es casualidad. El tercio de libre disposición es un tercio de la herencia con carácter general, pero es importante saber cómo se calcula exactamente y para ello hay que realizar dos operaciones.
Computar el caudal hereditario
El caudal hereditario es el patrimonio total que una persona deja tras su fallecimiento. Son todos los bienes que la persona ha dejado al fallecer.
A esta suma habrá que restar las deudas, lo que dará como resultado el caudal relicto. Este dinero debe ser suficiente para que los herederos forzosos cobren la legítima, que también es de un tercio. Si no es así, se tomará capital de las donaciones y otras mejoras de libre disposición.
La razón es que las donaciones computan al recibir la herencia. Son como un adelanto de la herencia salvo cuando no colacionan sobre la misma.
Imputación
Esta operación sirve para asegurarse de que los bienes a repartir serán suficientes para satisfacer los tres tercios de la herencia.
Si no es así y ha habido donaciones que superen estos valores o que sean inoficiosas, se reducirán.
Para que lo entiendas mejor, imagina que una persona deja en herencia 90.000 euros a dividir entre sus tres hijos, pero que previamente ha donado 15.000 euros a uno de ellos.
Podría pensarse que el reparto sería de 30.000 euros para cada uno de los hijos. Sin embargo, esos 15.000 euros donados colacionan en la herencia. Es decir, también se sumarán, por lo que el caudal relicto sería de 105.000 euros en total o de 35.000 euros para cada uno. Como uno de ellos ya percibió 15.000 euros, el reparto será de 37.500 para los dos que no recibieron la donación y de 15.000 euros para el que lo hizo. Este cálculo es muy resumido, pero servirá para hacerte una idea.
Hay que recordar que las donaciones hechas a hijos y herederos forzosos se imputan en el tercio de la legítima, mientras que las donaciones a no familiares se hacen en el tercio de libre disposición.
¿Es posible reclamar el tercio de libre disposición?
Los herederos pueden impugnar el tercio de libre disposición e incluso el testamento en general.
Es posible imputar el reparto de la herencia cuando los bienes asignados no son suficientes para cubrir cada uno de los tercios, entre otras cosas.
Este tercio de libre disposición es el que más polémicas genera dentro de herencia y por eso es recomendable dejarlo bien atado en el testamento.
Al final, el testamento es la forma de asegurarte que tus bienes se reparten según tus deseos y no de otra forma. Contar con un Seguro de Decesos MAPFRE ayudará a tus herederos con los trámites, los costes, y las gestiones cuando llegue el momento de repartir la herencia, entre otras cosas.
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