Cómo calcular los dividendos de una empresa

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Calcular dividendos es una operación a la que los inversionistas prestan la máxima atención a la hora de adquirir acciones de una empresa, aparte del interés que les merezcan las plusvalías que puedan obtener en el futuro por su revalorización en el mercado.

¿Qué son los dividendos de una empresa?

Cuando una empresa obtiene beneficios se le presentan dos alternativas:

• Emplear ese dinero en la propia empresa.
• Repartir una parte de los beneficios entre sus inversionistas como recompensa por sus aportaciones. Esa parte que se reparte entre los accionistas se llama dividendos.

Las juntas de accionistas son las que aprueban qué parte de los beneficios se repartirá entre sus propietarios o accionistas, así como la periodicidad y el método de pago de los dividendos. Las empresas grandes con poco margen de crecimiento son las que reparten mayores dividendos entre sus accionistas.

¿Cómo se cobran los dividendos?

Normalmente, los dividendos se cobran en dinero, pero también se pueden cobrar en acciones de la propia compañía. Si se tiene la opción de elegir, habrá que basarse en la mayor rentabilidad que se pueda obtener con una u otra fórmula.

Es muy importante para el inversionista tener en cuenta la política de reparto de beneficios por parte de una determinada empresa, que se puede conocer mediante una ratio llamada pay-out, que indica el porcentaje de los beneficios que una empresa dedica al pago de dividendos. Se obtiene dividiendo la cantidad destinada a repartir entre el beneficio total obtenido.

Ejemplo

Si una compañía ha obtenido unos beneficios de 150 millones de euros en un año y destina 80 millones al reparto de dividendos entre sus accionistas, el pay-out de esa compañía será del 53 por ciento (80/150×100=53).

Cuanto más alto sea el porcentaje, tanto más favorable será la política de reparto de beneficios para el inversor.

¿Cómo calcular los dividendos?

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El resultado de dividir la parte de las ganancias que se repartirá a los accionistas entre el número de acciones o participaciones, se denomina dividendo por acción (dpa). Un accionista recibirá una ganancia proporcional al capital que haya invertido (dpa x número de acciones que posea).

Para calcular inversiones futuras hay que tener en cuenta que la tasa de pago de dividendos de una empresa puede cambiar a lo largo del tiempo, por lo que los cálculos que se hagan basados en cotizaciones en un determinado momento pueden ser errados.

La rentabilidad por dividendo

Una vez determinado el precio de una acción, se puede medir su rentabilidad, es decir, qué porcentaje de la inversión inicial se recuperará con el cobro de los dividendos o, dicho de otra manera, la «tasa de interés» de esa acción.

Para calcular dividendos, es decir, conocer su rentabilidad, se toma la suma de los dividendos pagados durante un determinado periodo de tiempo y se divide por la última cotización de la acción. La fórmula del beneficio o rentabilidad por dividendo es:

Ejemplo

Una empresa cuya acción cotiza a 60 euros y decide pagar un dividendo de 1,5 euros por acción, tendrá una rentabilidad por dividendo de un 2,5 por ciento. [(1,5/60)x100 = 2,5]. Es decir, el inversor ganará el 2,5 por ciento de su inversión inicial cada vez que la empresa pague los dividendos, con independencia de cuál sea el tamaño de su inversión. Cuanto más alta sea la rentabilidad, mayor beneficio se obtendrá a partir de la inversión inicial.

Pero, además, conocer la rentabilidad por dividendo, resulta muy útil para tomar decisiones acertadas en las finanzas personales que, entre otros aspectos, incluyen las decisiones de inversión, sobre todo cuando se trata de comparar el rendimiento de dos o más acciones.

Ejemplo

Tenemos dos empresas A y B. Ambas ofrecen un dividendo de 5 euros por acción. A primera vista, puede parecer que ambas inversiones son iguales. Sin embargo, mientras que la empresa A cotiza a 25 euros la acción, la empresa B lo hace a 50 euros la acción. Si aplicamos la fórmula anterior, comprobaremos que con la empresa A se ganaría un 20 por ciento de la inversión inicial, mientras que con la empresa B se ganaría solamente el 10 por ciento.

Por tanto, si quieres mejorar tus finanzas, deberás tener en cuenta la rentabilidad de las acciones. Además, para salvaguardar tus ganancias, puede que te convenga contratar un sistema de ahorro que te permita guardar dinero para el futuro, ya sea para tu jubilación o para hacer una inversión mayor.